sábado, 10 de mayo de 2008
Egipto e Israel se encontraron ayer en la misma trinchera, acusando a Irán de estar detrás de la crisis político-militar que agobia al Líbano. Una fuente diplomática en Egipto declaró ayer que "no podemos dejar que las fuerzas apoyadas por Irán se apoderen del Líbano", y agregó que Hezbollah pretende la destrucción de ese país y que eso había quedado demostrado con la oposición del poderoso grupo shiíta a todo intento de mediación. El gobierno de Teherán respondió que los verdaderos responsables son EE.UU. e Israel.
Mientras tanto, Jerusalén ve con preocupación el virtual "golpe militar" del fundamentalismo islámico en su frontera norte. "Lo que pasa en Líbano no es sorprendente (...) Es un nuevo capítulo de la batalla llevada a cabo por Irán para reinar en todo el Oriente Medio", declaró el presidente israelí Shimon Peres en un mensaje transmitido por la radio pública. Peres destacó que esta "nueva tragedia" que conoce el Líbano no "tiene ninguna relación con Israel". "Las intervenciones de EE.UU. y del régimen sionista (así llamó a Israel) son la principal causa de la situación caótica en el Líbano", dijo vocero de la Cancillería, Mohammad Ali Hosseini, en declaraciones reportadas por las agencias Isna y Fars. Hosseini manifestó que "desgraciadamente una parte del complot político que habíamos previsto fue puesta en funcionamiento. Esperamos que los responsables den prueba de querer llevar al Líbano a la calma y la estabilidad".
El ex canciller israelí Silvan Shalom, del partido de derecha Likud en la oposición, llamó a una intervención internacional en apoyo del gobierno de los moderados del Líbano y para evitar la toma del poder por la fuerza por Irán. "La toma del poder por parte de Irán y su brazo Hezbollah, pone en peligro la situación en el Oriente Medio y el mundo entero", dijo Shalom, quien llamó a la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU en el Líbano.
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